​Los contenedores intermedios a granel (IBC) se utilizan normalmente para el transporte y el almacenamiento de sustancias en grano y líquidos a granel. Tiene una capacidad máxima de 3 m³, aunque los habitualmente usados son de 1 m³ (unos 1.000 litros). Suelen ser de plástico o metal.




Sus especificaciones técnicas le confieren una serie de interesantes beneficios: posibilidad de embarcar diferentes vinos a granel en sólo un contenedor, el vino se envía tratado para embotellar de inmediato, no es necesario contar con tanques en la planta embotelladora (basta con conectar el IBC a la línea de embotellado con un sistema de just-in-time), diseño cúbico que facilita su almacenamiento y transporte (se pueden apilar hasta 4 de altura), acondicionados para su manipulación mecánica mediante carretilla elevadora o traspaleta, peso ligero, manejable y tamaño compatible con la norma ISO.