Las últimas estimaciones sobre la producción vitivinícola italiana para este 2017 adelantan una caída del 26% respecto al 2016, situándola en 40 millones de hectolitros. De confirmarse esas cifras, estaríamos hablando de la vendimia más escasa de los últimos 50 años en Italia; lo cual, por otra parte, no le apartaría de la primera posición en el ranking mundial de productores de vino.

La razón, al igual que en el caso de España, ha sido el mal tiempo en el peor momento de la cosecha: heladas tardías, devastadora sequía y elevadas temperaturas, que han ocasionado numerosos problemas a las vides durante su fase de maduración.

Aun así, todavía les queda la esperanza de que las lluvias de septiembre ayuden a recuperar parte de la producción en las uvas más tardías; un septiembre sin agua podría hacer caer la producción italiana por debajo de los 40 Mhl.